JUAN DEL PINO GARCÍA-HIDALGO. CAPITÁN DE UN IMPERIO QUE LA HISTORIA NO PODRÁ OMITIR EN LA S. SANTA PONTANA

Don Juan del Pino García-Hidalgo, Capitán de un Imperio que ni la geografía ni la Historia podría omitir en sus tratados.

A continuación reproducimos un artículo firmado por D. José Arroyo Morillo,y aparecido en una Revista de nuestra localidad en el año 1.959.

" El ámbito geográfico del Imperio a que nos vamos a referir. un Pueblo: PUENTE GENIL. Sus limites paniculares, todas las calles de dicho Pueblo. Sus limites natura-les su Semana Santa. Sus proyecciones geográficas netamente universales puesto que sus confines están trazados por una obra de dimensiones infinitas cual es la Redención del Género Humano. Su principio: el Hijo del Carpintero. Su fin: Dios. Sus dominios: La Cruz. Sus accidentes: Veinte siglos de CRISTIANISMO. 

Puede ser que la geografía no necesite de los croquis de este Imperio pero la Historia si necesita dejar huellas indelebles de su Capitán triunfal. Por ello nosotros asumimos la tasca de tejer esta Historia aunque sea sencilla y recalada como la violeta y desapercibida como el trébol. 

La Redención que fue posible por la Pasión quizá necesitara de un Imperio Romano para una colaboración señalada por designios del Todopoderoso. Por analogía de este Imperio también cumplía una función. odiosa por cierto. pero función al fin. Por contra. el Imperio de nuestros objetivos cumple su función entre amable y odiosa cual es la de perseguir por las calles de Puente Genil al Hijo de Dios con la Cruz a cuestas al mismo tiempo que levanta olas de júbilo y de alborozo cuando desfila con sus músicas, su altanera presencia. y su enjoyada y atrayente indumentaria. 

Su rufiandad llena de marcialidad y majestuoso caminar atrae y subyuga hasta el extremo de hacer olvidar que persiguen llenos de insaciable perversidad a un Inocente. Esta atracción se concreta justamente hacia el Capitán que va a la cabeza de estas Legiones Romanas. Sin saber porqué su presencia tiene el imán de una bondad irresistible, de una elegancia castrense llena de bizarría y altivez, lo odioso se torna repentinamente simpático.. ¿porqué, ? Solo tiene una respuesta: el espadín que traza los signos de mando al espacio va blandido por la diestra capitana de todo un Señor. Su flameante plumero enhiesto sobre un casco radiante de destellos de oro al igual que los bordados del traje. recubren a una personalidad indiscutible: D. Juan del Pino Garcia.Hidalgo. 

Intentamos describir a nuestro personaje de hoy cuando va en funciones de Capitán del Imperio y cuando va desprovisto de tan soberbia investidura. Empecemos por esta última para poder entrar a fondo en la primera. 

Una fragante y lozana juventud a tono con un espíritu alegre y seguro de si mismo ponen en duda que nuestro ilustre personaje de hoy naciera el día 7 de Septiembre de 1891. Sus sesenta y ocho años atesoran una salud envidiable y una euforia digna de un chaval del actual reemplazo. Su figura esbelta y erguida se adorna con un albo y bien Peinado cabello que cumple perfectamente su misión de darle un porte distinguido de gran señor acompasado nos dice en todo momento que hasta cuando pasea no puede desprenderse de su inefable atributo de Capitán del Imperio en funciones de desfile.

Para bosquejar las  virtudes que atesora gasta con indicar que es amigo de todos y que es correspondido por un cariño y respeto que él prodiga a todo el mundo. El que esto escribe tendría unos diez añillos cuando ya oía los mayores elogios y alabanzas para Don Juan por el encargado y trabajadores de su finca  I.as Morenas cercana a la aldeita de Sotogordo en donde nacimos y también el octogenario Manuel Estepa que es el encargado a quien tantas veces se lo oímos.

Su bien ganado prestigio y su capacidad de trabajo le permiten desempeñar un alto cargo desde 1927 hasta el día 10 de Enero de 1957 en que obtiene la jubilación en una entidad bancaria. Fueron 30 años de servicio llenos de los mejores éxitos y competencia. Con ellos basta para finar la semblanza de la persona que describimos y pasar de seguido a presentarla como "manantero". 

Cumple con su misión de manantero todo el que de una forma o de otra contribuye al engrandecimiento de nuestras procesiones. Inútil será demostrar lo que prestan Los Romanos puesto que ellos son la columna salomónica en que se apoya todo el edificio manantero de Puente Genil. 

Don Juan del Pino entró en El Imperio el año 1905. Lleva en él 48 años día por día. No lleva los 54 porque fue baja durante 6 años en que perteneció a Los Dones. Estos seis años de ausencia fueron motivados por causas que queremos silenciar y que le acreditan como un intransigente enamorado del Imperio. En ello se fundó su ausencia. Cuando me lo contaba a pesar del mucho tiempo transcurrido todavía se ponía tristón. Procuro llevarlo por otros derroteros y entablamos una agradabilísima conversación siempre enmarcada en el eterno terna de su Imperio y nuestra Semana Santa. 

He sido Presidente de la Corporación desde el año 1.923 hasta el año 1931 en que tuve que marcharme a Osuna por razón de mi cargo. 

He sido y soy Capitán y lo seguiré siendo mientras mis piernas me lo permitan y un hálito de vida quede en mi. Cuando el Jueves Santo entramos por la calle Contralmirante en nuestra primera salida de cada año y después cuando bajarnos entre dos luces por la calle Aguilar; es tan grande mi emoción y mi alegría que quizá en estos dos momentos estribe la receta de fortaleza física y salud a prueba de bomba que me asiste durante todo el año. Disfruto tanto al frente de mis Legiones que me considero el hombre más feliz de la Tierra en los días de la Semana Mayor y todo el resto del año al pensar en la siguiente. 

¿No teme Vd. que las nuevas facetas de la vida puedan a la larga acarrear una crisis en el régimen interno y externo de la Corporación?... 

De ningún modo. Mientras la columna vertebral del Imperio esté integrada por D. Luis Reina Porras, D. Fernando Estrada García-Hidalgo, D. Carlos Aquilar Ortega, y más que por mí, por mi hijo Juan que ya lleva 20 años vistiéndose y que espero que sea mi sucesor y a ser posible en la superación y el empeño, no hay nada que temer. Es verdad que ahora los jovencitos no se visten con el fervor que lo hacíamos antes pero todavía entre los jóvenes están D. Francisco Moyano Reina, D. José Cejas Lozano, D, Rufino Nieto Delgado. D. Alejandro González Bordas. v otros muchos que son fieles continuadores de la tradición e incansables mananteros siempre prestos  a que los Romanos estén presentes en todo lo que signifique esplendor y belleza de nuestras procesiones. 

En estos muchachos animosos está garantizada la vida y continuidad del gran ImperiopRomano. Son buenos gontanenses y ello basta para no temer a un mañana. 

Piense Vd. por un momento que sería de nuestras incomparables procesiones si el Imperio Romano  dejara de formar en ellas es una obligación de todo buen pontanes  el que la Semana Santa vaya cada día aumentando en belleza y colorido y en esta responsabilidad estriba  cl que no nos preocupe el mañana. 

Aparte de su función manantera todo el que conoce las comidas del Imperio, el almuerzo del Jueves y Domingo de Resurrección y las cenas de Cuaresma. ¿puede ignorar la cantidad de personalidades que en ellas recibieron muestras de la hidalguía pontana y del modo de ser de Puente-Gcnil?... Su función social en pro de nuestra patria chica no tiene precio. Este es el mejor elogio que podemos hacer de nuestras Corporaciones porque en ellas se cultiva el amor a nuestro pueblo junto con la fraternidad entre los hombres. 

Al preguntarle que recuerdo hizo más mella en su memoria responde: El Viernes Santo del año 1932 en que se tocó la Diana dentro de la Ermita de Nuestro Padre Jesús. El nudo que me aprisionó la garganta hasta que lo desataran mis lágrimas es algo que no olvidaré jamás. Vivíamos días muy difíciles que es mejor no recordar. No pudo salir a la calle EL TERRIBLE. ¡Que tiempos... ! 

¿Cuales son las visitas habituales que hace el Imperio cuando se lanza a la calle. ?

En Miragcnil en Casa de Juan Jiménez (q.e.p.d.). más tarde en las Bodegas Campos. En este lado en mi casa que estaba en donde ahora está el Colegio de la Compañia de María hasta 1904 en que fue vendida a dicha Congregación Religiosa. Después en casa del gran manantero Agustín Beltrán, hasta que la vendió a Los Caminos, después en el Bar Verde Limón. A mas de estas hacen pequeñas paradas en casas donde buenos amigos agasajan a nuestra Corporación. 

¿ Hay reformas a la vista... ? 

Pues si. Saldrá una Escuadra grana y se arreglará la Música. Y mas cosas que están en proyectos. El Imperio no puede dormirse. "

P/D: La fotografía adjunta , de 1964, está captada en el instante en que la Corporación del Imperio Romano se dirige al barrio de Miragenil, tras haber realizado las reverencias a Nuestro P. Jesús Nazareno en la calle Santa Catalina.

La instantánea  esta tomada al paso del Grupo de Música y del entonces Capitán del Imperio, D. Juan del Pino, por el edificio sede del Círculo Mercantil, ubicado en el casco histórico de la Villa  y frente al " PASEO " del río Genil